La gracia - χάρις (kháris)
Los
diccionarios traducen “gracia, atractivo, encanto, belleza,
hermosura, donaire, garbo, elegancia, goce, placer, gusto, satisfacción, contento,
deleite; benevolencia, bondad, liberalidad, generosidad, indulgencia; muestra de
benevolencia, favor, merced, beneficio, utilidad, servicio”.
Para entender todas las
acepciones, hay que saber que viene de la raíz χάρ- (khár-) “lo que produce agrado”. Un indulto es un “Kháris”. Dentro de ese estadio adquiere,
según el contexto, significados como: “gracia, favor, indulgencia, muestra de
benevolencia, bondad, generosidad, atractivo, encanto, belleza, gusto,
contento, otros”. En el contexto bíblico el significado se aplica dependiendo a
qué o a quién se refiere:
(a) Respecto a objetos
abstractos:
aquello que otorga u ocasiona placer, delicia o una actitud favorable, esto es
“la belleza” o “gracia de la personalidad”, “de la palabra” (Prov.31:30,
2Co.8:6, Lc.4:2, Col.4:6).
(b) Respecto a una
disposición interior del otorgador: actitud bondadosa, indulgente,
generosa, buena voluntad en general (Hch.14:26). En el A.T. incluye la
superación de la distancia entre el fuerte que otorga la gracia y el débil
receptor de la gracia (Gn.32:5-6, 39:4, 50:4, Rut 2:2,10, Ester 8:5). Especialmente
en referencia a Dios, significa la inclinación de Él hacia alguien sin que lo
merezca (Gn.6:8). Indica su libre y bondadosa disposición redentora y el placer
o gozo que Él se propone para el que la recibe (2Ti.1:8-10), específicamente
toda la obra redentora ejecutándose en Cristo: justificando, renovando por
medio del Espíritu y glorificando al creyente en el día final.
(c)
Respecto de los creyentes en
Cristo: (Como ocurre en
2Ti.2:1) El diccionario de Strong señala por “gracia” como la influencia divina
sobre el corazón y su reflejo en la vida. Es gracia Cristo céntrica, se ejecuta
en unión a Cristo, fuente de donde brota, en comunión y obediencia, siendo
fortalecida por su Espíritu (2Ti.1:6-7,14). Dicha “gracia” es otorgada además
para cumplir la divina encomienda, esto es, ejerciendo el llamado ministerial
para la edificación de la iglesia (2Ti.1:8,14). Obsérvese: Hch.11:23 donde
significa “Presencia y favor divino”, Hch.6:8, 11:23, 14:26, 15:40, 18:27 es el
“favor y poder divino” que capacita para cumplir la labor. En 2Co.12:9 es el
poder de Cristo que capacita (idea contenida en Fil.2:13, 4:13) y hace vencer
el pecado Ro.6:14. En Ro.1:5, 12:6, 2Co.9:7-9, 1Ti.1:14, 2Ti.1:13, 1Pe.4:10,
hace referencia a los dones y capacidades para cumplir el ministerio. En
resumen, la esfera de la debilidad humana es el campo de la actividad de la
“Gracia de Dios”.
En el NT LA GRACIA es el favor de Dios actuando como todo el poder salvador en Cristo:
…eligiéndonos
de antemano para ser sus hijos adoptivos
por medio de
Jesucristo,
según el
beneplácito de su voluntad,
para alabanza
de la gloria de su gracia
con la que nos
agració (ἐχαρίτωσεν) en el Amado.
(Efesios 1:5-6,
Traducción BJ)
Con ella “nos agració” “nos hizo
aceptos” (ἐχαρίτωσεν), del verbo kharitoō,
que significa colmar de gracia «en el
Amado». Gracias al Amado (Cristo) somos bien recibidos y Dios nos mira con
complacencia, pues en Cristo coloca algo agradable a él en nosotros, olor
fragante, sus hijos amados y siente placer (beneplácito) en ello.
LA GRACIA es la intervención de Dios en el espacio humano, para
perfeccionarlo y ser hecho a la imagen del Hijo de Dios por medio del Espíritu
Santo, cualidad que por sí mismo el individuo no lo lograría:
En Juan 1:16:
Porque de su
plenitud (πληρώματος) tomamos todos
gracia sobre
gracia.
(RV60)
Es decir, que de su perfecta naturaleza recibimos gracia tras gracia,
transformándonos hacia su perfección y completando todo aquello que nos falte.
Por eso dice «Mi gracia es suficiente
para ti». Pero ¿Cómo ocurre esto?:
«…mi poder se lleva a cabo en la debilidad» (12:9a)
LOS
DONES χάρισμα (khárisma, don) literal “el resultado de la gracia”, se traduce “don”, “gracia”, “don divino”. khárisma es el resultado de la acción de
Dios sobre el creyente en Jesús como el Cristo, otorgándole capacidades para el
servicio espiritual (ministerio) de la iglesia y el cumplimiento de su plan
salvífico (cf. 2Ti.1:6). En 2Ti.1:6 parece ser mejor traducir “carisma” para diferenciar de otros
términos griegos que se traducen como “don”, como “dōréa”, un don gratituito concedido por Dios, ya sea el Espíritu
Santo, la justicia atribuida, etc. (cf. Mr.10:8; Hch.2:38; 8:20; 10:45;
Ro.3:24; 5:15; 2Co.9:15), o “dṓron”,
un don como presente u ofrenda, usualmente entregada por una persona (cf.
Mt.2:11; Mr.7:11; Lc.21:4).
1Ti.4:14
No descuides[1]
el carisma[2] que hay en ti, el que te fue dado por medio
de profecía con imposición de las manos del presbítero[3].
2Ti.1:6
Por este motivo te traigo a la memoria que mantengas reavivado[4]
el carisma de Dios, el que está en ti por medio de la imposición de mis manos.
Dentro de la nueva vida en la que camina la comunidad de fe
hay un plan administrativo (oikonomía) de Dios (1Ti.1:4):
La
oikonomía “administración de una
casa, ordenación, regulación, plan”, de oíkos
(casa) + nom- (ley, norma) + ía (morfema sust. abstracto) = la norma
o gestión de una casa. Se refiere al plan que Dios ha dispuesto para edificar
su iglesia (casa, oíkos) usando el
servicio de sus siervos (administradores), a través de la fe en la revelación.
Es el plan salvador de Dios utilizando a su iglesia como el elemento a través
del cual lleva a cabo su plan sobre la base del evangelio mismo y uso de los
dones (khárisma).
Este plan que involucra el desarrollo y ocupación de las
capacidades espirituales khárisma y
servicio (diakonía) (1Ti.1:12) para
la extensión, crecimiento y fortalecimiento de la iglesia, motivados por el
imperativo de la “fe” y el “amor” al interior de ella, los cuales se alimentan
mediante una unión vital con Cristo, es en este último punto donde Pablo pone
énfasis en la 1ra. Epístola a Timoteo, tal como lo señala en Gálatas 5:6:
ἐν γὰρ Χριστῷ ᾿Ιησοῦ
οὔτε περιτομή τι ἰσχύει οὔτε ἀκροβυστία,
Porque en
Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión,
ἀλλὰ πίστις δι᾿
ἀγάπης ἐνεργουμένη.
sino la fe
que se ejecuta (es eficaz) a través del amor.
Por lo tanto, los dones o carismata (singular, carisma):
1) Son el resultado de la acción soberana de Dios sobre el
creyente.
3) Funcionan o son eficaces por la fe que es activa por
medio del amor.
3) Son
entregados con un fin específico: Edificar a la iglesia según el plan salvífico
(oikonomía) de Dios.
4) La
edificación de iglesia es la propia imagen del Hijo de Dios y su perfecta
naturaleza es la fuente de donde provienen. Es decir, el Espíritu Santo toma de
Cristo el perfecto hombre –Hijo de Dios– para transmitirlas al creyente por
medio de la fe, a fin de que este sirva a los demás en amor.
5) Los dones
deben buscarse y conocerse sirviendo a la iglesia activamente en amor, fuera de
esto, no es carisma.
6) El
objetivo principal de los dones es cumplir la gran comisión fortaleciendo la fe
de los creyentes:
Entender
los objetivos de la labor constituye la base para la comprensión de la
naturaleza misma de la iglesia primigenia. Esto era lo que los “falsos
maestros” no comprendían, ni colaboraban en ello (1Ti.1:3-6).
Podemos
decir que el objetivo de Pablo era “ayudar
a hacer crecer en la fe a los nuevos
creyentes”. En la mente de un judío, “Creer” (hebreo ̕aman) significa “estar firme, aguantar, ser fiel[11]”
y contiene la idea de “firmeza y perdurabilidad”, esto es, un creyente que es
inamovible, firme en su fe, de tal manera que puede ser quebrantado, pero él
mismo permanecerá en su lugar y convicción.
Precisamente,
es este tipo de firmeza la que el apóstol Pablo procuraba en los nuevos
creyentes. Tras predicar el evangelio, tanto en el libro de los Hechos como en 1ra.
Epístola a los Tesalonicenses 3:1-6, se señala que el objetivo de la labor era
fortalecer (stērízō[12])
y exhortar (parakaléō[13])
a los nuevos creyentes en la fe (1Ts.3:2) mediante el servicio y trabajo en equipo.
El
hacer fuertes (stērízō, epistērízo) a
las iglesias, consistía en ayudarles a persistir en el camino de la fe (2Ti.1:9-10)
y hacerlo con determinación[14].
De este modo las iglesias se hacían sólidas mediante la fe (Hch.16:5). En el
mundo griego el término “fortalecer o afirmar” se usaba respecto de una
enfermedad[15] con la idea de hacerse
fuerte (fortificar). El pecado (hamartía)
es una enfermedad, los nuevos creyentes son débiles y necesitan la colaboración
de los ayudantes de Dios, para fortalecer la voluntad de permanecer firmes en
el “nuevo camino”.
No
sólo sobre-fortalecían[16]
a los creyentes, sino que también exhortaban (parakaléō) los ánimos con abundancia de palabras (Hch.15:32). El
término parakaléō, por una parte, significa “animar o confortar” mediante
la palabra o las promesas de la Palabra de Dios (2Ts.2:16-17). Por otra parte,
también tiene el sentido de “exhortar o pedir”, esto es, andar conforme a la
sana enseñanza de acuerdo a la vida piadosa de quienes esperan la venida de
Jesucristo (1Ti.1:5; 2:1, 6:2, 2Ti.4:2, Tit.1:9, 2:13). Además, Paraklḗtos es el nombre que se le
asigna al Espíritu Santo[17]
como “Consolador o Ayudador”, por lo tanto,
realizar esta tarea implica colaborar con la obra del Espíritu Santo ayudando a
a los discípulos de Cristo a ser transformados a la imagen del Hijo de Dios.
Son estos objetivos “fortalecer y animar” mediante el
servicio y la palabra de Dios lo que los «seudo-maestros» (1Ti.1:3-5,
2Ti.2:16-18) al interior de las propias iglesias pasan por alto, especulando en
“torno a la fe” (perí pístin,
1Ti.1:19, 6:4,19), las Sagradas Escrituras o las enseñanzas apostólicas, no
comprendiendo ni lo que dicen, ni lo que afirman (1Ti.1:7). Esto ocurre porque
“los falsos maestros” no perciben la naturaleza misma de la iglesia, cuyo plan
de edificación (oikonomía de Dios) es
por la fe y el amor al interior de ella (1Ti.1:4-5). Desconocen además, que el
objetivo de la fe es el Hijo de Dios, el autor, guía y consumador de la fe[18];
por lo cual desviando a los creyentes hacia falsas doctrinas, trastornan el
proceso[19]
de salvación que se desarrolla en unión vital con Cristo (1Ti.4:16;
2Ti.3:15-17).
[1]
ἀμέλει imp. pres.
2p. sing. de ameléō “descuidar,
despreocupar, olvidarse”. El tiempo presente está haciendo énfasis en un estado
continuo de “no descuidar”, es decir, de dedicación y ocupación (ver su
antónimo en 1Ti.4:15).
[2]
χάρισμα (khárisma) literal “el resultado de la
gracia”.
[3]
πρεσβυτερίου
gen. sing. de presbýteros comparativo
del adj. présbys “anciano”, literal “más anciano” o “más antiguo”; con la idea de que está al frente o a cargo (de la
iglesia), que tiene prioridad. En el judaísmo eran los dirigentes del pueblo
(Mt.16:21; 21:23, Lc.22:52), los antiguos que habían impartido la tradición
(Mr.7:3-5). En el cristianismo primigenio es un dirigente de la congregación de
creyentes o iglesia (Hch.14:23,15:2, 20:17), es intercambiable con obispo
–supervisor– (Cf. Hch.20:17, 28; Tit.1:5,7) y con pastor (Ef.4:11). Este último
término es menos utilizado y hace referencia más bien a la acción de
“pastorear” (Hch.20:28), es decir, alimentar, cuidar y proteger.
[4]
ἀναζωπυρεῖν inf. pres. act. de anazōpyréō,
hápax bíblico, de aná (hacer de
nuevo, muy) + zō- (vivo, con vida) + pyr-
(fuego) + -éō (hacer) = “hacer
reavivar el fuego”, es decir, mantener vivo o encendido.
[5]
προσέχειν inf.
pres. de prosékhō “poner la atención”.
[6]
μύθοις dativo
plural de mýthos “mito, fábula, relato imaginado”. Pablo apunta
a invenciones humanas que se apartan de la revelación divina.
[7]
ἐκζητήσεις sust.
ac. pl. de ekzḗtēsis, hápax del NT,
de ek- (separación, rechazo) + zḗtēsis (cuestión o punto de debate). Es una forma intensiva de
zḗtēsis que tiene la idea discusión
o controversia (véase Jn. 3:25, Hch.15:2,7 y Hch.25:20, 2Ti.2:23). La
preposición ek además, refuerza la
idea de que se producen a partir de las invenciones humanas o cuentos y las genealogías interminables.
[8]
οἰκονομίαν ac.
sing. de oikonomía “administración de
una casa, ordenación, regulación, plan”, de oíkos
(casa) + nom- (ley, norma) + ía (morfema sust. abstracto) = la norma
o gestión de una casa.
[9]
θεοῦ genitivo subjetivo
de “theós”, puesto que es Dios quien
lleva a cabo su plan, es decir, el plan
salvífico proviene de Dios.
[10]
τὴν ἐν πίστει “que es por fe”. Además de la idea de
instrumento (por fe), también puede
ser entendido como ubicación, o sea, “dentro
del ámbito de la fe”, como una forma de vida conforme al evangelio (cf.
Gál.2:20). Al final de este versículo RV60, NHBL y A.T. Robertson ven
una elipsis “…así te encargo ahora”.
Esta elipsis se puede aceptar, pero desde nuestro punto de vista interrumpe la
explicación que se quiere dar en el versículo 5 enfatizada por la partícula δέ “pues, de hecho”.
[11]
W.E. Vine, Diccionario Expositivo Vine,
Grupo Nelson, Colombia, 2007.
[12]
Fijar sólidamente, apoyar, fortalecer. RV60 traduce adecuadamente “confirmar”.
[13]
Parakaléō, de para
(cerca) + kaléō (llamar)= llamar en auxilio, exhortar, consolar, fomentar
(impulsar y proteger).
[14]
En Lc.9:51 el verbo se refiere a la acción de Jesús de “afirmar el rostro” para
ir a Jerusalén a morir en la cruz, esto es, a hacerlo con determinación y una
firme voluntad.
[15] En Tucídides Libro 2, Capítulo 49: “y
hasta que tan pronto afirme el corazón…” (texto griego proyecto Perseus)
[16]
Hch. 14:22, epistērízō.
[17]
Paraklḗtos “coadyuvador, abogado,
consolador” (cf. Jn.14:16-17). Término
que se forma a partir del verbo Parakaléō
“animar, confortar”.
[18] ἀφορῶντες εἰς τὸν τῆς
πίστεως ἀρχηγὸν καὶ τελειωτὴν ᾿Ιησοῦν (Hebreos 12:2) “…manteniendo la mirada hacia Jesús, autor-conductor y
consumador de la fe”.
[19]
Proceso que se observa en 2Ti.1:9-10, Tit.3:5. En los evangelios este proceso
es visto como el seguimiento de Jesús. En Pablo también como el movimiento o
carrera hacia la perfecta imagen de Jesús, cf. Ro.8:29-30, Fil.2:12; 3:7-14, 2Ti.4:7.